Cómo rechazar y formular críticas asertivamente

Foto: Patricia Paul

LA CRÍTICA

La palabra «crítica» se deriva etimológicamente de la palabra griega «criterio», y viene a significar «juzgar con discernimiento».
 
Así pues, podríamos definir la crítica como: » Acción dirigida, del intelecto crítico, expresada como opinión formal, fundamentada y razonada, necesariamente análitica, con connotación de sentencia» (Wikipedia).
 
Vemos que, en muchas ocasiones, tanto las críticas que recibimos como las que formulamos, carecen del análisis y fundamentación necesarias por definición, mientras que poseen en exceso la connotación de sentencia.
 
 

 

Críticas constructivas VS Críticas destructivas

La crítica constructiva propone soluciones a lo expuesto en el análisis crítico. Está basada en una observación objetiva de los hechos estando motivada por el bien común y la prevención de problemas potenciales.
 
La crítica destructiva no se orienta en la solución sino en el error cometido, ataca a la identidad de la persona criticada en lugar de atacar el comportamiento erróneo, buscando culpabilizar a la persona y emitiendo generalizaciones a su identidad.
 
Supongamos que en un descuido, tu hijo vuelca un vaso de agua sobre el documento que acabas de imprimir y que tienes que llevar a la oficina.
Las dos formas de reaccionar serían las siguientes:
  • Mira que eres torpe, por tu culpa voy a tener que volver a imprimirlo y seguro que llego tarde al trabajo, como siempre, algún día me despedirán por tu culpa.
  • ¿ Has visto lo que ha ocurrido? Cuando se juega con un vaso lleno se corre el riesgo de derramarlo encima de algo importante. Voy a tener que imprimirlo otra vez y correr más para llegar al trabajo. Recuérdalo la próxima vez.
El resultado de elegir una u otra va más allá de las emociones que despertaremos en la persona que recibe nuestra crítica, que en el caso de la crítica destructiva se sentirá atacado y despreciado, mientras que si recibe una crítica constructiva podrá enfocarse más en el comportamiento a modificar.
Si tú das por hecho que soy un torpe, que SIEMPRE cometo torpezas y que además soy culpable de lo malo que te sucede, lo más probable es que caiga en lo que en Psicología se conoce como » Profecía autocumplida» . En el oyente se crea la sensación de que » siempre he sido así y no tengo remedio» con lo que difícilmente cambiaré el comportamiento inadecuado, entre otras cosas, porque no es fácil identificarlo en el discurso.
 Uno se pregunta «¿ qué he hecho mal exactamente?  ¿ ser torpe? ¿ pero si he nacido torpe, cómo puedo cambiarlo?» 
 Como vemos, la crítica destructiva deja pocos caminos abiertos al cambio, además de crear, muy probablemente, una actitud defensiva en la persona que la recibe.
 

Rechazando críticas destructivas

Las críticas destructivas, al atacar a nuestra identidad, influyen de manera negativa en nuestra autoestima, de manera que si no las combatimos corremos el riesgo de que esta disminuya y nos resulte cada vez más difícil salir de la espiral de chantajes emocionales y baja autoestima, convirtiéndonos cada vez más, en el blanco fácil de manipuladores y frustradores.
 
Desde la Asertividad aprendemos las técnicas para rechazar este tipo de comentarios.
En primer lugar tenemos que tener muy presentes nuestros derechos sociales Asertivos que no está de más recordar:
  • Tenemos derecho a ser tratados con RESPETO ( y es por ello que no aceptaremos ninguna crítica que venga sin él) 
  • Tengo derecho a tener mi propia opinión ( Si es diferente a la tuya podemos debatirla, una vez más desde el RESPETO)
  • Tengo derecho a la crítica y a protestar por un trato injusto 
  • Tengo derecho a no justificarme ( y tú no tienes derecho a cuestionar mi identidad)
  • Tengo derecho a no responsabilizarme de los problemas del otro ( negaremos de pleno el chantaje emocional)
Interiorizados estos derechos, ante una crítica destructiva reaccionaremos rechazándola, negando el trato injusto, recordando y reclamando el derecho violado y demandando un trato más justo para las próximas ocasiones.
 
– «Está claro que eres tonta, con lo que has dicho delante de mis amigos me has hecho quedar fatal, si no sabes de política mejor te callas.»
 
Podríamos responder de la siguiente manera.
 
– «En primer lugar no soy tonta, tengo una opinión diferente a la tuya y tengo derecho a expresarla y, sobre todo, a que no me faltes al respeto. Tampoco es culpa mía lo que los demás puedan pensar de tí por la opinión que yo pueda expresar. Me gustaría que no vuelvas a hablarme así.»
 
 

La presión grupal

Otras veces nos sentimos condicionados para opinar cosas diferentes a las que realmente pensamos por la presión que crea el grupo a la hora de unificar criterios y opiniones.
 
 

Podemos encontrarnos en una reunión de trabajo, o en una reunión de padres o simplemente debatiendo con nuestra pandilla qué vamos a hacer durante estas vacaciones. Nos damos cuenta que lo que nosotros desearíamos proponer se alejan de la opinión de la mayoría y muchas veces no nos atrevemos a expresarla por la presión que, de forma tácita, ejercen las mayorías.
Es un buen momento para seguir el modelo SCAR que consiste en los siguientes pasos.

ESCUCHAR. Escucha, con mucha atención, las opiniones y razones de los demás, porque te darán muchas pistas a la hora de preparar tu contrargumentación.

COMPRENDER. Haz un ejercicio de empatía, trata de entender las motivaciones de los que están exponiendo su opinión, descubre que beneficios tiene para ellos las posturas que están defendiendo ya que a lo mejor puedes ofrecérselos en la alternativa que quieres proponer.

AFIRMAR. Es ahora cuando tienes que exponer tu acuerdo o desacuerdo con las propuestas del grupo. Es un paso importante porque el «Cómo lo hagas» puede ser decisivo para el éxito de tu propuesta.

  • Expresa tu opinión de forma clara y abierta, explicando las razones que tienes para opinar así » Mi opinión es que…….porque……». Es muy importante el uso de mensajes «YO» en contra de los mensajes «TU» o «VOSOTROS». Se recibe de manera diferente cuando nos contradicen de estas dos maneras.
                  – Yo opino que la mejor opción es la siguiente….
                  – La opción que tú has propuesto no me parece la mejor
 
Los mensajes «TU» hacen que el interlocutor se sienta atacado y así será difícil convencerle de nuestra opción,  más aun cuando estamos en minoría ante un grupo.
  • Muestra tu desacuerdo de forma tranquila y clara prestando atención al lenguaje no verbal: Mantente orientado al interlocutor mirándole abiertamente, entona tus discurso con claridad y contundencia pero sin agresividad, es decir se asertivo ( seguro)
  • Se respetuoso con las opiniones de los demás, aunque discrepes, y no te olvides de mostrar el desacuerdo con las opiniones sin atacar a la identidad de quien las ofrece.
RAZONAR. Es el momento de la exposición de argumentos. En función de que argumentos demos al grupo, aumentaremos las posibilidades de salir exitosos en nuestras propuestas.  Nos encontramos con diversos tipos de argumentos:
  • Experienciales. Apelan a la experiencia. Podemos incluir informaciones que hayan dado expertos y que apoyen nuestras tesis. Por ejemplo si queremos ir a la playa este fin de semana y el resto quiere montaña podremos decir que la agencia de meteorología ha previsto para este fin de semana grandes tormentas en la montaña y buen tiempo en la playa.
        Se incluyen también datos emocionales basados en la experiencia personal o grupal, del tipo. » acordaos lo bien que lo pasamos aquella vez»
 
  • Estadísticos. Apoyar tu discurso en datos estadísticos puede ser útil, pero no olvides que hay estadísticas para todos los gustos y puedes encontrarte con alguna que contradiga tus intereses.
 
  • Tradición. Son los argumentos que apelan a la costumbre, del tipo: Todas las noches de San Juan hemos saltado las hogueras.

 

  • Al auditorio. Aquí se trata de buscar algo que todos tengan en común y que sea acorde con nuestro objetivo. Si además encontramos ese nexo en algo que se apoye en los valores grupales, mucho mejor. Por ejemplo si estamos en una reunión de padres decidiendo el viaje de estudios de nuestros hijos haremos hincapié en que nuestra opción ofrece actividades deportivas, seguridad y buena alimentación para ellos.
 
  • Argumentos inadecuados: Entre los tipos de argumentos que suelen utilizarse y que son muy poco recomendables por su corto recorrido, encontramos las «demagogias», las «falacias» y el «ataque al hombre»

CÓMO FORMULAR UNA CRÍTICA ASERTIVAMENTE

Si queremos formular una crítica con el propósito de buscar solución a un problema o a la evitación de futuras complicaciones ( ya hemos dicho que esa era la orientación básica de la crítica constructiva) debemos tener en cuenta:
  • Tener claros cuáles son mis propósitos
  • Mantener el control de la situación, sin agresividad y centrándome en los mensajes YO, y en el enfoque hacia la conducta que motiva la crítica.
  • Ser respetuoso y cuidadoso en mi lenguaje
  • Resultar convincente mostrando confianza en mi exposición.
Seguiremos en nuestro discurso los pasos que nos ofrece el modelo DESC:
 
DESCRIBIR.  Utilizaremos la descripción detallada de:
– El comportamiento que criticamos
– La acción en sí y no lo que creemos que la motiva
– Utilizaremos términos concretos
– Describiremos específicamente el momento, lugar y frecuencia del comportamiento.
 
» Llevo 40 minutos esperando en el bar que habíamos quedado». » El lunes pasado espere 20″
 
EXPRESAR. 
– Expresa los sentimientos que tienes ante el comportamiento citado.
– Exprésalos con tranquilidad
– Sé positivo intentando centrarte en la meta
– Dirígete al comportamiento ofensivo, no a la persona que lo realiza.
 
» la tardanza ha hecho que me sienta preocupada y ansiosa»
 
SUGERIR. Ahora es cuando solicitamos el cambio en el comportamiento.
– Pide explícitamente un cambio en el COMPORTAMIENTO del interlocutor
– Pide un cambio que no sea excesivamente grande
– Se preciso en las acciones que quieras que cesen y las que quieres ver realizadas
– Ten en cuenta si eso que le estás pidiendo es posible cumplirlo para él.
 
» Te pediría que la próxima vez que quedemos llegues puntual o avises con antelación suficiente de que no podrás llegar a la hora acordada»
 
CONSECUENCIAS. 
– Explica las consecuencias que se derivan de que la persona haga lo que le pedimos. Pueden ser consecuencias positivas por su cumplimiento o sanciones ajustadas a la negativa de cambiar el comportamiento.
– Elegir una recompensa que sea suficientemente grande y motivadora para mantener vigente el cambio de comportamiento
– Si te inclinas por el «castigo» si no cumple, asegúrate de que podrás llevarlo a cabo.
» Si no llegas a la hora acordada, esperaré diez minutos y me iré»
» Si llegas puntual podremos hablar de todos los temas que te preocupan»
 

Empieza a practicar.

Como todos los cambios de hábitos en nuestra vida, es mediante la práctica como adquiriremos la destreza y la automatización necesarios para desenvolvernos con éxito en la nueva conducta aprendida.
En un tema como el que nos ocupa, a lo largo del día se nos presentan un montón de ocasiones para empezar a practicarlo.
¿ Opinas lo mismo? Si no es así te invito a que me dejes un comentario asertivo ofreciéndome tu punto de vista diferente….

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