¿ Sangran los cadáveres? ¿ Tú qué crees?

Cuentan que a la consulta de un afamado psicólogo, acudió un paciente que aseguraba ser un cadáver.
El doctor, acostumbrado a recibir a todo tipo de personas, le preguntó:
– Ah, muy interesante, nunca había estado delante de un cadáver…y dígame, por curiosidad…. ¿ Sangran los cadáveres? 
El paciente, meditó su respuesta, para afirmar, sin ápice de duda:
– Por supuesto que no.
Entonces, el doctor sacó una aguja de su escritorio, y con mucha suavidad, pinchó el dedo del «cadáver» que tenía delante. Un hilillo de sangre comenzó a emerger. El paciente asombrado, contempló su dedo y exclamó:
– Anda! Ahora resulta que los cadáveres SI sangran!!!

El poder de las Creencias

Se habla mucho del poder del pensamiento, pero no debemos olvidar que dentro de nuestros pensamientos, hay jerarquías. Algunos de ellos toman el mando, el control, son el sistema operativo y sólo, permitirán el funcionamiento e implantación de otro tipo de pensamientos, si son congruentes con este sistema.
Este sistema, son nuestras CREENCIAS y como buen sistema operativo nos permite actualizarlo e incluso, instalar uno diferente.

 
Etimológicamente hablando, una creencia sería algo en lo que ponemos el corazón o la confianza. Me parece interesante resaltar que a pesar de ser un mecanismo mental, dicha definición no nos habla de pensamiento lógico, sino más bien emocional, irracional, perteneciente al sentimiento.
 
La Programación Neurolingüistica le da un papel fundamental en su modelo, habiendo realizado multitud de investigaciones en cuanto a la génesis, instalación y modificación de creencias. Una de las definiciones que nos brinda este modelo es la siguiente:
Las Creencias son generalizaciones que hacemos sobre las Causas, los Significados, los Límites de nuestros mapas ( o de nuestra representación de la realidad), nuestras Conductas, Capacidades y nuestra Identidad.
 
Hay infinidad de citas célebres que ponen de manifiesto el poder de las creencias, entre ellas podemos encontrar las siguientes.
 
  •  Creer es crear
  • Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienes razón. ( Henry Ford)
  • Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee a la mente. ( Robert Bolt)
  • Hay dos formas de ver la vida: Una creer que no existen los milagros, la otra, creer que todo es un milagro. ( Einstein)
 

Tipos de Creencias

Nuestras creencias son pues, las que nos dicen si somos o no somos capaces de hacer algo, si la actitud de Fulanito es buena o no, si el mundo es un lugar maravilloso o peligroso, si nos merecemos lo mejor o lo peor…
Y en función de todas esas evaluaciones, sin lugar a dudas, manifestaremos un comportamiento u otro. Examinemos, entonces, los tipos de creencias que rigen nuestras vidas.
 
Heredadas Vs Propias: 
 
– Ya lo decía mi madre….no te fíes de los ricos….
Aquí tenemos un potentísimo ejemplo de una creencia heredada, y nuestro sistema de creencias está repleto de ellas.
Pensando en la persona del ejemplo, si desde niño interiorizó que uno no puede fiarse de los ricos, a lo largo de su vida ese recelo le hará alejarse de ellos y encontrar evidencias que demuestren que eso es así.
Prueba a sustituir el final de la frase por alguna que acostumbres a decir:
– Ya lo decía mi madre….
También es un ejercicio interesante releer los cuentos que marcaron nuestra niñez, nuestros héroes favoritos, de los que quizá, hayamos heredado alguna creencia.
Más ejemplos de Creencias heredadas son los refranes, las supersticiones…
– El mundo es plano, el Sol gira alrededor de la Tierra…. fueron creencias aceptadas hasta que alguien se propuso cuestionarlas.
 
Las Creencias propias son aquellas generalizaciones que en base a nuestra propia experiencia hemos ido interiorizando.
Aquella vez que de niño, fuiste incapaz de saltar el potro en la clase de gimnasia, quizá creo en ti la generalización, y por tanto la creencia, de que eres una persona negada para el ejercicio…quizá sea el momento de probarte lo contrario.
 
Sobre el mundo, sobre los demás y sobre uno mismo
 
¿ En qué se diferencia un optimista de un pesimista? Ni más ni menos que en su creencia sobre si el mundo es un lugar bueno o malo y a partir de ahí el uno se comportará en base a esa creencia y el otro a la opuesta, y como diría Ford, ambos tienen razón…
También tenemos firmes creencias sobre los demás: son los prejuicios.
– Todos los hombres son iguales
– Los chinos son muy trabajadores
Y mi favorita:
– Todas las mujeres son malas menos mi madre y mi abuela ( el que la inventó sabía muy bien como evitar un choque entre creencias opuestas)
Pero sin lugar a dudas las creencias que más determinan nuestra vida son las creencias que tenemos sobre nosotros mismos, en especial sobre la Identidad, en las que ahondaremos más adelante.
 
Sobre el Significado, las Causas y la Identidad
 
– Los buenos amigos se llaman a diario
Esta creencia está basada en el significado que le damos a la palabra Amistad, y en base a él emitimos juicios y modificamos nuestro comportamiento.
 
– Si me grita es porque no me quiere
– Me pasa esto porque me lo merezco
Las Creencias basadas en causa-efecto son muy poderosas ya que nos proporcionan evidencias para otorgarles credibilidad. La persona que instala estas creencias no cuestiona otras posibilidades causales, aunque podría haber creído:
Si me grita es porque está estresado
– Si me ha pasado esto es porque estaba allí.
Y como ya adelantábamos, la joya de la corona de nuestro sistema de Creencias son aquellas que atañen a nuestra Identidad.
 
Si estás leyendo esto, sin duda eres un humano, no se trata de una Creencia, de una idea, de una generalización… Es una realidad, es una realidad que eres hombre o mujer ( salvo casos en los que no se corresponde el sexo biológico con la identidad sexual) y pocas certezas más podemos encontrar sobre algo tan potente como nuestra Identidad, porque esta, mayoritariamente está construida en función de nuestras creencias.
Puedes hacer un sencillo ejercicio, coge un papel y escribe una descripción sobre ti.
Como conejillo de Indias, y de forma totalmente improvisada, acabo de pedirle a mi hijo de 8 años que realice una descripción sobre si mismo, y este ha sido el resultado:
 
«Yo soy rubio ceniza y soy muy amoroso, me gusta el color rojo y soy muy alegre, quiero mucho a mis padres y me encantan las vacaciones. Soy alto pero muy delgado, y me cae bien todo el mundo. Soy un niño muy bueno, soy muy listo pero algunas veces me despisto….»
Todos tuvimos 8 años alguna vez y es muy probable que si nos pidieron una descripción, estructuralmente realizamos una parecida, nuestros atributos físicos, las cosas que nos gustan y rasgos de nuestra personalidad.
 
Obviamente a esa edad nuestro escaso conocimiento sobre el mundo nos hace dar por válida la realidad que nos muestran los demás.
Mi hijo se describe como rubio ceniza, no porque se dedique a observar las cajas de los tintes, sino porque los demás se lo hemos dicho.
Respecto a la altura y peso, si bien es cierto que tiene elementos con los que compararse, antes de que su madurez mental le permitiera utilizar el mecanismo de comparación, lleva largo tiempo escuchando lo alto y delgado que es.
Pero es en su descripción sobre su personalidad, en lo que quiero hacer hincapié. Como todos los niños de este mundo, mi hijo es capaz de dar mucho amor, también de enfadarse, de patalear, de protestar…. 
¿ Por qué pues, tiene la creencia sobre su Identidad de que es un ser amoroso y no protestón? 
Ese es el poder de las Creencias. Cuando mi hijo se muestra amoroso, sus referentes, es decir su padre y yo, nos preocupamos muy mucho de instalar esa creencia de que «ser amoroso» es parte de su Identidad, una parte muy positiva, y como es una persona amorosa, se comporta como una persona amorosa.
¿ Qué ocurre cuando protesta? ¿ Cuando tiene un comportamiento inadecuado? Pues que nunca se lo atribuimos a su Identidad, nos centramos en el comportamiento.
Lo podemos apreciar en su última frase que me parece un gran ejemplo de lo que trato de explicar:
– «Soy un niño muy listo aunque a veces me despisto»
 
Creencias Limitantes Vs Potenciadoras
 
Llegados a este punto, asumiendo que son las Creencias las que rigen nuestros comportamientos, nuestra motivación, nuestros éxitos y fracasos, acordareis conmigo que fundamentalmente hay dos tipos de creencias, las que nos potencian:
– Soy muy resolutiva ( lo que nos da confianza en nuestras capacidades y recursos para encontrar una solución a cualquier inconveniente)
Y las que nos limitan:
– Soy muy tímida ( Y como tal me comportaré aunque tenga delante a la persona de mis sueños)
 
En el próximo post aprenderemos a identificar nuestras creencias, a definir si nos potencian o limitan y a como modificarlas o sustituirlas por otras nuevas.
 
Te propongo entre tanto que hagas dos listas, una de aspectos en tu vida que vayan bien y otra de aspectos en tu vida con los que estés insatisfecho. En la lista de aspectos en los que funcionas bien escribe debajo frases del tipo:
– Soy el mejor en….
– Soy capaz de…..
– Soy….
– Merezco que…
En la otra lista, en los aspectos disfuncionales, escribe frases relacionadas con ellos que empiecen de la siguiente manera:
– Soy incapaz de…
– Se me da fatal….
– No puedo… 
– No me merezco….
Cuanto más automática sea la escritura mejor, no pienses demasiado sobre ello, recuerda que las creencias no son lógicas.
Como dijo Descartes:
» El acto del pensamiento conque se crea una cosa, no es el mismo que aquel con el que se conoce la creencia»
 
 
 

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